El supermercado es uno de los pocos gastos que podemos optimizar cada mes sin perder calidad. Con un poco de planificación y hábitos consistentes, una familia media en España puede ahorrar entre un 10% y un 20% anual en alimentación.
El menú semanal evita compras impulsivas. Elige 5-6 platos fáciles rotando proteínas y verduras de temporada. Haz una lista exacta de ingredientes y compra con el estómago lleno. La lista cerrada reduce las “entradas extra” que encarecen el ticket final.
En categorías de bajo riesgo (legumbres, lácteos, congelados básicos), las marcas blancas ofrecen calidad notable. Combínalas con productos frescos de mercado local para mantener sabor y nutrición. Evita pagar por envases premium cuando el contenido es similar.
Usa apps que concentran cupones y seguimiento de precios. Aprovecha tarjetas de fidelización, pero solo para compras planificadas. Si un descuento te hace comprar algo que no necesitas, no es ahorro.
Compra fruta y verdura de temporada, congela porciones y cocina en lote. El batch cooking reduce desperdicio, consumo energético y tiempo durante la semana. Diseña recetas base que puedas transformar con especias o salsas para no aburrirte.
Coloca delante en la nevera lo que caduca antes. Congela pan rebanado y sobrantes. Reutiliza sobras en tortillas, cremas o salteados. Revisar la despensa antes de comprar evita duplicados.
Alterna carnes con legumbres, huevos y pescados de temporada. Considera formatos familiares y raciones individuales congeladas. Planifica uno o dos días vegetarianos por semana para bajar el ticket sin perder nutrientes.
Combina mercado local para frescos con supermercado para básicos y droguería. Evita las tiendas de última hora donde los precios son más altos. Un calendario mensual de compras grandes minimiza visitas impulsivas.
Empieza esta semana con un menú sencillo y una lista cerrada. Tras cuatro semanas, compara tu gasto y verás el impacto real.